LA PRIMAVERA, EL RITMO ALTERA: HABLEMOS DE LA ASTENIA PRIMAVERAL

LA PRIMAVERA, EL RITMO ALTERA: HABLEMOS DE LA ASTENIA PRIMAVERAL


¡Se empieza a notar el buen tiempo! Los días comienzan a ser más largos, las temperaturas suben, hay más horas de luz y más colores en las calles: acaba de llegar la primavera.


La huida del frío y la vuelta de las sudaderas convierte la primavera en una de las estaciones favoritas, pero... ¿te está costando un poco adaptarte?

Los cambios estacionales, tanto por las variaciones climáticas cómo por los cambios en nuestras rutinas, nos exigen un esfuerzo para hacernos a ellas, que muchas veces se presentan como un acusado cansancio: la astenia primaveral.


¿Qué es la astenia primaveral?


La entrada de la estación de las flores puede presentarse con somnolencia, cansancio, apatía, ... que reflejan que nuestro organismo tiene que hacer un esfuerzo por adaptarse a nuevos ritmos biológicos, nuevos horarios y factores externos diferentes.

Es un estado transitorio que no suele durar más de dos semanas, pero que se siente más acusado sin coincide con una etapa de mayor estrés personal o en pacientes alérgicos.
Los principales factores que influyen en la aparición de este síndrome estacional son las variaciones climáticas, que afectan a nuestros relojes biológicos (ritmos circadianos) y al hipotálamo, modificando la producción de hormonas (endorfinas, cortisol) en función de las horas diurnas y nocturnas, dando lugar a un desajuste inicial que favorece la astenia primaveral.


En general, la astenia se presenta de forma bastante frecuente en la zona del mediterráneo, dónde conviven gran diversidad de climas y la población es muy susceptible a los cambios de temperatura.

Suele presentarse principalmente en pacientes de 30 – 40 años, en mayor proporción mujeres, y en población laboralmente activa, con mayor incidencia en personas que trabajan por turnos.


Sí que es importante comentar que algunos factores que predisponen a sufrir la astenia primaveral es presentar una dieta deficitaria, una situación de estrés emocional previo, alguna alergia o algún desequilibrio hormonal.

Las personas que manifiestan tener astenia primaveral dicen tener mínimo 4 de los siguientes síntomas:


• Cansancio
• Sensación de vacío – tristeza
• Somnolencia diurna
• Dolor de cabeza y malestar
• Irritabilidad
• Cierta pérdida de memoria
• Disminución de la libido
• Tensión baja


Es muy importante diferenciar entre la fatiga, que es el cansancio intenso tras una actividad nueva y que se presenta de forma aguda; y la astenia, que es un cansancio prolongado previo y constante, no necesariamente asociado a una actividad concreta.


A día de hoy, existen muchas patologías que cursan con astenia, por lo que es muy importante descartar una astenia secundaria a cualquier situación medica previa. Una vez descartada, ¿qué podemos hacer para hacer frente a este cansancio estacional?


Medidas generales


Cómo hemos comentado, la astenia primaveral es un cansancio acusado por los cambios hormonales y fisiológicos que producen en nosotros los cambios climáticos y alteraciones de nuestros ritmos invernales.
El primer consejo es adaptar nuevas rutinas a la entrada de la primavera, incluyendo:


Rutina de sueño


El aumento de las horas de luz altera nuestra producción de melatonina, y se traduce en una falta de descanso, y en un desgaste físico y mental que se acumula. El sueño es nuestro principal aliado a la hora de establecer rutinas nuevas y empezar el día con más energía y recuperarnos del desgaste diario. Nuestros principales consejos son:
• Acuéstate siempre a la misma hora
• No tomes estimulantes en las horas previas
• Evita pantallas o fuentes de luz
• Tomate un tiempo entre la cena y la hora de acostarte
• Una bebida caliente antes de meterse en la cama siempre ayuda.


Actividad física


La astenia invita a quedarse en el sofá o en la cama, a moverse por necesidad y con desgana. Es muy importante sacar pecho y no dejarse vencer por esta situación, y convertir cualquier actividad en una excusa para mover el cuerpo y darle vitalidad.
Nos referimos tanto a hacer deporte o una actividad al aire libre, como montar en bicicleta o apuntarse al gimnasio; cómo a dar un paseo en vez de coger el coche para ir a hacer la compra, subir las escaleras hasta casa o echarte un baile mientras recoges tu habitación.


Tratamiento nutricional


La dieta es importante durante todo el año: tanto para marcar tipazo como por el aporte en nutrientes, cuya carencia también disminuyen nuestra resistencia a los cambios estacionales. Adoptar una dieta más equilibrada o adaptar la que ya tenemos a la nueva estación nos va a permitir evitar la astenia primaveral y/o hacerle frente de una forma más sencilla y saludable.
Para empezar, una dieta realmente equilibrada no necesita de un aporte extra de vitaminas o minerales, y esta no sólo depende de lo que ingerimos, sino de cómo lo ingerimos, cuándo y qué necesidades tiene nuestro organismo.
Por lo tanto, además del adecuado aporte de proteínas, hidratos, grasas, vitaminas, sales y agua; es importante tener una rutina de comidas, priorizando en situaciones de grandes cambios climáticos, llevar a cabo 5 comidas al día, para que en ningún momento exista un déficit en alguno de los componentes y nos veamos susceptibles a la astenia, con gran importancia del desayuno.
Es aconsejable sustituir el café o estimulantes por bebidas no excitante con aportes de base de cereal (achicoria, malta), tomar alimentos ricos en fibra (pan, galletas, ...), fruta rica en vitamina C (como mínimo una o dos piezas diarias), ...

La llegada de la primavera nos presenta una época en la que nuestra dieta debe presentar una gran cantidad de vegetales o platos ricos en estos, pues a mayor riqueza de hortalizas y verduras, el aporte vitamínico será mayor y ese cansancio menos acusado.


Por último y siempre importante, el cuerpo hidratado es fundamentales. El agua es el aceite de nuestro organismo, él que permite que funcione de la forma más óptima. Tened siempre una botella cerca para obligaros a beber, y no descartéis los zumos o infusiones.


Los aportes vitamínicos son necesarios en situaciones muy concretas: embarazo, deportistas de alto rendimiento, situaciones de estrés no evitables (estudios, mayor intensidad laboral, mudanzas), en los cuales mantener ciertos hábitos saludables no es tan fácil y buscamos de forma puntual salvar esa carencia vitamínica para hacer frente a la astenia.


Cobran importancia en esta situación la vitamina C, por su acción antioxidante y reparadora de tejidos, la jalea real y el propóleo, para que no decaiga el sistema inmune, y complementos adaptógenos de origen fitoterápico, como el ginseng o la rodiola, que nos ayudan a ‘adaptarnos’ a estos grandes cambios; y el triptófano, precursor de muchas hormonas involucradas en preparar al cuerpo a nuevas situaciones.


Tratamiento farmacológico - fitoterápico

La astenia primaveral, a diferencia de otras astenias secundarias a patologías orgánicas, se trata de forma sintomatológica y ayudando al cuerpo a habituarse a los cambios climáticos que están influyendo en nuestro estado fisiológico.
Por eso, en las farmacias nos vamos a encontrar tres grandes aliados para la astenia:


Estimulantes


Ginseng (Panax ginseng) - raíz
Es una planta adaptógena, término usado en aquello activos que ayudan a adaptar el organismo a ciertas situaciones: puede actuar como estimulante o equilibrante (en situaciones de estrés). Durante la astenia, nos interesa su acción estimulante del sistema nervioso central y su regulación en algunos procesos metabólicos como la tolerancia a la glucosa, obteniendo una mayor resistencia al cansancio.
Se recomienda en tratamiento de 2 a 3 meses.


Eleuterococo (Eleuterococcus senticosus) - raíz
Siendo un caso similar al anterior, estimula el sistema nervioso y tiene un importante papel en la protección del organismo frente a agentes externos (cómo, por ejemplo, los alérgenos propios de la primavera), regulando funciones endocrinas de las glándulas suprarrenales.


Nuez de cola (Cola nitida)
Es una planta tonificante, más cercana a moléculas de base xántica como la cafeína o las teínas, pero sin alcanzar esos niveles de excitación. Se recomienda por las mañanas, una toma diaria durante la época de mayor cansancio.


Antidepresivos


Siendo de origen fitoterápico, el hipérico (Hypericum perforatum) ha demostrado mejorar el estrés mental ligero y moderado en situaciones de astenia o falta de concentración, así como es un buen promotor del sueño.


Tónicos

Sobre todo aquellos preparados que ayudan a preparar el estado físico para hacer frente a estados de mayor actividad en horas de luz. Nos referimos a aquellos preparados que incluyen rosa silvestre (Rosa canina), espino amarillo (Hippophae rhamnoides), rodiola (Rhodiola rosea) o té verde (Camelia sinensis).
Todas ellos son ricas en vitamina C, con una importante acción antioxidante que disminuyen los radicales libres que se generan en situaciones de estrés, aumentando nuestra resistencia al cansancio. Además, son ricas en minerales y tienen cierta acción estimulante, lo que suponen un aporte energético, sobre todo si se toman durante el desayuno.


Consideraciones finales

La astenia  primaveral es un estado de cansancio que pasa rápido, pero que nos puede pillar con las defensas bajas y hacer que nos disfrutemos la entrada de la primavera totalmente plenos.


Unas buenas rutinas, una alimentación saludable y completa, y si fuera necesario, una suplementación adecuada, son nuestras herramientas más fuertes para que la primavera no nos pille desprevenidos.

 

Jomon Adrao ( Farmacéutico adjunto)


1 comentario


  • Elena

    Muy interesante


Dejar un comentario

Por favor tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la Política de privacidad de Google y los Términos del servicio.